El sistema sanguíneo

“La sangre recepciona las imágenes del mundo exterior, interiorizadas por el cerebro, las transforma en vivientes fuerzas formativas, plasmando mediante las mismas al actual cuerpo humano. Así la sangue es la sustancia que edifica al cuerto humano”

Con la efectividad de la sangre el ser viviente no solamente genera mediante el accionar propio dentro de sí, imágenes y nociones del mundo exterior y las vivencias, sino que a partir de la “reiteración” interior del medio circundante, posibilitada a través del sistema nervioso central, logra edificar dentro de la propia corporeidad: “un ser con mero sistema nervioso simpático refleja al mundo exterior, por lo tanto al mundo exterior aun no lo siente integrado a sí mismo, aun no a modo de vida interior. Un ser con medula espinal y con cerebro, percibe al reflejo como vida interior. UN SER EMPERO CON SANGRE, VIVENCIA A SU VIDA A MODO DE SU PROPIA FIGURA.”

Esta figura es la propia, la figura corporal individualizada frente al encuentro con el medio circundante, “ELLA ES EL YO”. “EN LA SANGRE YACE EL PRINCIPIO DE LA CONSTITUCIÓN DEL YO”. Según Steiner aclara que la figura formada se expresa en la “percepción del yo”, vale decir que el “yo” humano, se experimenta en la formación y la percepción de la figura propia. En el ciclo de conferencias dadas en el año 1908, acerca de la antropología “científica espiritual”, se decía: “La sangre es la sangre es la expresión de la naturaleza del yo del hombre”. Y en otro contexto: “al pulsar la sangre pro el cuerpo, el yo humano fluye por ese cuerpo”. (10.11.1908: “Al científico de orientación materialista se le figura como algo completamente natural el hecho de que si realizamos un corte en el cuerpo, allí fluye la sangre, que podemos analizar mediante todos los medios existentes. Luego se describe: esto es sangre – así por ejemplo como se describe cualquier otra sustancia, un ácido, etc. según los métodos de investigación química, que se implementan. Al respecto no se toma en cuenta el hecho, algo que a una ciencia materialista no solamente le es desconocido, sino que se le tiene que figurar como una tontería, un absurdo, que sin embargo es una realidad: la sangre que corre en las arterias que mantiene al cuerpo con vida no es aquello que sale cuando practico una puntada, obteniendo una gota roja. Puesto que la sangre en el momento en el cual sale del cuerpo entra en una transformación tal que podemos decir, es algo absolutamente diferente aquello que sale allí a modo de sangre coagulante, por más fresco que sea de ninguna manera es determinante con respecto a aquello que constituye la esencia plena en el organismo viviente. La sangre es la expresión para el yo, un elevado miembro de la entidad humana. Ya como elemento físico, la sangre es algo que no puede ser investigado en su totalidad según métodos físico, dado que tal como podemos ver ya no es lo que corre en el cuerpo, aquello que ha sido. No puede ser contemplado físicamente dado que en el momento en el cual se exterioriza, al ser llevado al lugar donde puede ser investigado, mediante el método de rayos y otros, ya no estamos investigando la sangre, SI NO ALGO QUE ES EL REFLEJO EXTERIOR DE LA SANGRE SOBRE EL CAMPO FÍSICO. Estas cosas recién se podrán ir entendiendo poco a poco.

Según Steiner el hombre transforma sus percepciones sensoriales en nociones e imágenes del mundo exterior – las mismas empero actúan sobre su sangre, que las metamorfosea en fuerzas plasmadoras fisicales (“POR LO TANTO EN SU SANGRE VIVE Y ACTÚA TODO AQUELLO QUE ÉL HA RECIBIDO MEDIANTE LAS VIVENCIAS EXTERNAS DE LOS SENTIDOS”). Con estas fuerzas de la sangre, el hombre edifica su interior. A su vez la sangre constantemente toma del aire circundante el oxigeno, abasteciendo a sí mismo y al organismo en su conjunto, con “nueva vida”, es asi que a través del activo sistema sanguíneo se cierra un circuito energético fisiológico “desde el mundo exterior hacia el mundo interior y de retorno, desde adentro hacia fuera”.

La conferencia de Rudolf Steiner dada en Berlín en octubre de 1906 acerca de la actividad sanguínea (o bien del sistema de circulación sanguínea con el corazón) parece sugerir que en la visión “científica-espiritual”, la misión configuradora corporal de la sangre, es un acto constante, creador y mantenedor del cuerpo junto al cual acontece la “percepción del yo” del hombre – que dicho de otra manera la sangre no es tan solo un “principio entendido evolutivamente de la creación del yo”, si no una conciencia propia, o del yo, constantemente renovada, actualizada en el anabolismo corporal. Por el otro lado empero no podemos dejar de ver que Rudolf Steiner en adicionales conferencias adjudicó el trabajo formativo propiamente dicho del cuerpo, tarea plastificadora realizada por la sangre (a modo de un órgano central del yo) a la época pasada del desarrollo evolutivo: “cuando el hombre (en remotas épocas de la evolución) aun era blando el yo a traes de la sangre plasmaba la forma” (25.3.1907). En la actualidad sigue existente un resto del efecto del yo sobre la sangre, cuando frente a un susto palidecemos o nos sonrojamos al sentir vergüenza. Allí queda en evidencia aun la actividad directa del yo. Se trata de un remanente de una época en la cual el yo ejercía un poderoso efecto sobre la sangre. Hoy los hombres gesticulan con las manos, movidos por el entusiasmo, por entonces la sangre pudo configurar a partir del cuerpo, a través del impulso del órgano del yo (8.3.1907) Según ello en este lugar tendría que quedar abierto el rol que le incumbe al órgano sanguíneo con respecto a la formación corporal humano y el mantenimiento del cuerpo, con referencia al criterio “científico-espiritual” – tomando en cuenta que la conferencia de Steiner en la casa del arquitecto, del 25.10.1906, intentaba dilucidar los “complicados procesos” a través de “imagines” tematizándolos bajo aspectos evolutivos.”

La filosofía del corazón

Como ya hemos mencionado en las reflexiones humano-fisiológicas de 1906, Steiner habló del “SISTEMA VASCULAR SANGUINEO CONJUNTAMENTE CON EL CORAZÓN” y escribió ilustremente: “la concepción científica-espiritual ve de hecho en el corazón y su relación hacia la asi llamada circulación sanguínea algo muy diferente a la fisiología de la actualidad, que en este sentido depende íntegramente de conceptos mecánicos-materialistas. En la citada publicación, Steiner luego siguió diciendo: “la teoría de la vida mecanizada-materializada, en el corazón ve una especie de dispositivo de bombeo, que propulsa la sangre de manera regular pro el cuerpo. Allí el corazón es la causa del movimiento de la sangre. La cognición científica espiritual nos muestra algo muy diferente. Para ella la pulsación de la sangre, toda su movilidad interior es expresión y efecto de los procesos anímicos. Lo anímico es la causa del comportamiento de la sangre. El palidecer frente a sentimientos de angustia el sonrojarse bajo la influencia de sentimientos de vergüenza son burdos efectos de procesos anímicos en la sangre. Pero rodo aquello que acontece en la sangre, es solamente la expresión de aquello que ocurre en la vida anímica. Solamente que la relación entre la pulsación sanguina y los impulsos del alma está rodeada de misterio. Y NO LA CAUSA, SI NO LAS CONSECUENCIAS DE LA PULSACIÓN SANGUÍNEA, SON LOS MOVIMIENTOS DEL CORAZÓN”. El 14.6.1908, Steiner dijo: los movimientos sanguíneos son la “manifestación material del yo”, según él, la “particularidad de la circulación sanguínea humana”, “la actividad sanguínea” solo puede ser descripta adecuadamente, cuando en la misma se ve la “expresión física exterior del portador del yo, del portador de la conciencia propia. La acción cardíaca en cambio, es movimiento secundario de desviado post-ordenada-pag 39 no es el corazón que “bombea” la sangre a raves del sistema vascular, por el contrario la dinámica cardíaca en el criterio “científico-espiritual”, es el resultado de la pulsación sanguínea del hombre, anímicamente compenetrada, anímicamente promovida.

(en consideración a lo sostenido por Steiner en perspectiva fisiológica-evolutiva con respecto al a edificación corpórea dependiente del medio circundante, parecería ser evidente, que en el período de obre tematizado, consideró la formación de la figura, al menos en el primer septenio – conciliado por la sangre, las fuerzas de la sangre, orientadas “hacia el interior”, que siguen portando aquello que el organismo ha recibido “a través de las vivencias exteriores de los sentidos”, pueden ser consideradas como principio fisiológico activo del desarrollo corporal infantil)

El desarrollo de los órganos humanos

Una contemplación científica-espiritual de los órganos humanos muestra que los mismos se encentran sobre niveles muy dispares de su desarrollo. Existen en el cuerpo humano órganos tales que en su figura actual se encentran en una evolución ascendente. Los primero irán perdiendo cada vez más su importancia para el hombre. Han dejado atrás la época del florecimiento de sus misiones, se atrofiarán para finalmente perderse del cuerpo humano. Otros órganos se encuentran en desarrollo ascendente, contienen en mucho de aquello que por ahora está en existencia a modo de germen, en un futuro se irán desarrollando con una misión superior. En la visión de Rudolf Steiner, una compresión adecuada del organismo humano contiene un conocimiento acerca de la figura evolutiva del cuerpo, un reconocimiento de la “parte decadente”, asi como de la “parte en evolución” de su desarrollo, así como también de la relación reciproca de ambas esferas.

El 30.3.1910, Steiner dijo en Viena: mientras que no llegue una anatomía que no contemple a los diferentes órganos simplemente ubicados el uno al lado del otro en el espacio, si no que los contemple en su estima como formación más reciente o de edad mayor, poco se podrá comprender de la verdadera entidad del hombre. Tomando en cuenta las potencias de desarrollo especificas – según Steiner – a los órganos del cuerpo humano le tenemos que conceder “valencias” diferenciadas – “allí se trata de adicionar aquello que resulta ser la existencia sensorial puramente externa, un determinado factor, al cual necesariamente tengo que señalar a modo de una cierta valencia objetiva del órgano en cuestión. Según numerosas expresiones dadas en conferencias, la creciente “espiritualización” de la sustancia orgánica del cuerpo humano es la característica central del desarrollo “ascendente”, prospectivo, las fuerzas impulsadoras respectivas yacen en el alma-espiritual del hombre que, tal como Steiner lo ha formulado, con responsabilidad propia, tienen que proporcionar la “figura futura” del cuerpo, “ellas mismas le darán forma” al cuerpo. “El futuro del hombre es configurar en forma material, lo interior, lo anímico-espiritual del hombre. La re conquistada facultad de un alma-espíritu vigorizada en sus fuerzas, para poder actuar en la configuración corpórea, según Steiner se valdrá de una sustancia orgánica cambiada – “el cuerpo se configurará de manera cada vez más blanda”.

El proceso evolucionario de la solidificación y la fosilización se detendrá, el alma transpuesta pro el “yo” del hombre des-mineralizará progresivamente la sustancia física. Acorde a ello Steiner dijo en Múnich el 5.6.1907: “al adquirir una blandura cada vez mayor, siendo que se desprenderá de las partes duras, irá en pos de su futuro. Entonces el hombre ya no edificará su cuerpo a partir de sustancias minerales como acontece en la actualidad, el cuerpo humano del futuro, en principio se incorporará solamente aquello que es sustancia vegetal. Desaparecerá todo aquello que hoy actúa de manera mineral. De esta manera se superará al reino mineral, desarrollándose el hombre nuevamente hacia la existencia vegetal”.
Al hombre en su actual constitución, según la visión antroposófica-científica espiritual le son propios órganos físicos – aunque por ahora desarrollados a modo de germen – que se encuentran en evolución ascendente, órganos “destinados a ir creciendo hacia una perfección superior y ejercer en el futuro, un rol de una importancia mucho mayor”. La mayoría de las indicaciones dadas en este sentido se refieren al órgano del corazón humano del cual ha dicho que “está organizado para el futuro”, en el cual tendrá una forma y una misión muy diferente.”

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